Concubina y una de las favoritas de Abderramán II. Se convierte en “umm wallad”(madre de un hijo varón), que significaba una serie de privilegios (quedaba emancipada al morir el emir y podía disponer de su fortuna con toda libertad)
Su nombre se puede traducir por «embeleso», que es lo que sentirá el emir por ella. Ella se hará desear y en uno de sus enfados con él sólo lo vuelve a recibir en sus aposentos a cambio de bolsas repletas de dinares de oro (algunos cronistas citan la cantidad excesiva de 50.000 monedas)
En uno de sus intentos por ser madre del heredero (saída al-kubra) planea asesinar al favorito (Muhammad) y al emir. Lo trama junto al gran eunuco (fatá al-kabir) Nasr. Todo es descubierto y el eunuco muere pero ella será perdonada.
Las crónicas reflejan su actividad constructora, así además de caminos, fuentes y baños con su nombre aparece una mezquita que funda al comienzo del arrabal occidental de Córdoba.
Tuvo dos hijas y gracias a su habilidad diplomática y carácter convence al emir para que reciban un gran patrimonio en su herencia. Abderramán reforma el documento fundacional con expertos juristas y ellas quedan en muy buena situación económica al morir el emir. Esto crearía precedente para hijas de otros emires y califas.
Resulta relevante que su hijo Abd Allah será conocido como «ibn Tarub», el hijo de Tarub, símbolo del poder que poseía ella dentro de la dinastía omeya y la sociedad andalusí.
Su calle está en la Barriada de Electromecánica.