Nace en Melilla, perteneciente a una familia andaluza. Feminista incansable, miembro desde sus principios de la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres y de la Asociación Feminista Republicana Marianne.
Ya su bisabuelo materno fue muy avanzado en cuanto al respeto e igualdad entre hombres y mujeres, por lo que como hombre culto y muy leído, hizo que todos sus hijos, varones y hembras, aprendieran a leer, escribir y cuentas, con un maestro que iba por los cortijos dando clase.
En la época de Ana no estaba mal visto que las mujeres trabajaran en su casa para la calle: modistas, sastras, bordadoras, lavanderas de ropa de soldados, maestras o dependientas de comercio siempre que no fueran de artículos de hombres, pero todas tenían que ser solteras y «monas», y aquellas que lograban un puesto en la Administración o en empresas públicas si se casaban eran despedidas.
En realidad, las mujeres eran las administradoras de la economía de la familia. Como recuerda Ana: «sin su sacrificado esfuerzo, inteligencia y voluntad solidaria, el mundo habría sido de otra forma, no tan bello».
Ana siempre admiró a su madre, mujer luchadora y con carácter.
Recuerda de la calle donde vivía de niña que matan a bastantes vecinos y el miedo del ruido de los aviones cuando iban a bombardear. Cada noche tenían que refugiarse en una casa y ella se echaba a llorar hasta que se dormía.
De pequeña le gustó mucho ir al colegio y leer, asistía a la escuela de una mujer que no era profesora, pero aprende muchas cosas, todo cantando. Luego la puso su madre en un colegio de monjas, Las Adoratrices.
Poco después, pasa a un colegio privado pero había que pagar. La maestra estaba vetada para ejercer magisterio por ser de izquierdas.
Le hubiera gustado seguir estudiando, pero en una familia obrera era difícil, tenían que trabajar. Así empezó en un taller de costura.
En 1952 muere su padre.
En 1955 empieza a pasar propaganda del Partido Comunista de España a Melilla, la pasaba en una mesita de juguete.
Comienza su andadura política con 20 años y termina perteneciendo al Partido Comunista de España. Sufre el exilio junto a su familia en 1957, marchando a Francia (Marsella)
Allí será elegida responsable de finanzas en la Asamblea de emigrantes y conoce a su marido, con quien se casa en Francia en 1973 por lo Civil. Viven muchos hechos destacados de los años 60 y 70.
En la emigración leyó mucho y esto le dio una buena formación general y política. Hacen viajes a España con maletas de doble fondo para traer documentos del Partido. Uno de ellos fue a Córdoba en 1967. También transportan camaradas clandestinos al interior del país.
Fue sindicalista en la ejecutiva cordobesa de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO, tras jubilarse. En 1977 se instala en Córdoba y se convierte en su ciudad, al ser legalizado el Partido Comunista, donde fallece en 2016 con 83 años.
En su casa se hacían reuniones con los emigrantes españoles y los integrantes del Partido, dando comida y cama cuando lo necesitaban.
En la Comisión Provincial de Finanzas del Partido Comunista se incorpora pronto junto a otras mujeres (Ana Merino, Manoli Corredera, Encarna Serrano, Paqui Carretero,….)
Para ganar dinero también cose para la calle, luego encuentra trabajo de limpiadora en el Ayuntamiento (1982) y de ahí pasó a la Cocina de la Residencia Municipal (en Campo Madre de Dios), donde se jubiló. Tras dar de comer a los ancianos, se servía comida a los transeúntes pobres.
Participó activamente en la Asociación “Al Alba”, primera Asociación de Mujeres que se registró en Córdoba en el año 1988, de la que forma parte de su Junta Directiva. Ha viajado por infinidad de países y ciudades: Italia, Portugal, Santo Domingo de Cuba, Nueva York,… Su única nieta se gradúa como ingeniera industrial en Nueva York.
Vivió en Pasaje Antonio Gala.
Siempre estaba presente en todas las manifestaciones: de trabajo, derechos humanos, igualdad, paz, etc… Amiga de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.
Su lucha feminista se resume en estas palabras suyas: «Es imposible la lucha de clase sin la lucha de género» y estas otras: “La historia de las mujeres es una historia silenciada, no se conoce, es muy importante sacarla a la luz y seguir luchando.”
https://www.diariocordoba.com/noticias/etcetera/ana-claro-luchadora-comprometida_ 1028155.html
Libro: “Rafael Martínez Ruiz y Ana Claro Fuentes: Forjadores de la Libertad”, de Ernesto Caballero Castillo, Córdoba, 2012, Ed. Puntoreklamo
En 2018 se decide que una calle de Córdoba recuerde su nombre.